Horario: Lunes a Viernes de 10:00 a 19:00 hrs. Alonso de Córdova 2791-C, Vitacura
0 Carrito
Añadir al carrito
    Tiene artículos en su carrito
    Tiene 1 artículo en su carrito
    Total

    KETO BLOG — ácidos grasos

    Estrategias para el Invierno: Suplementación Eficaz con Vitamina C, Omega-3, Probióticos y Vitamina D

    Estrategias para el Invierno: Suplementación Eficaz con Vitamina C, Omega-3, Probióticos y Vitamina D

    Estrategias para el Invierno: Suplementación Eficaz con Vitamina C, Omega-3, Probióticos y Vitamina D

    El invierno trae consigo cambios en el clima y en nuestros hábitos que pueden afectar nuestra salud. La falta de luz solar, el frío y el aumento de enfermedades respiratorias son algunos de los desafíos que enfrentamos en esta temporada. Sin embargo, podemos fortalecer nuestro sistema inmunológico y mejorar nuestro bienestar general a través de una suplementación adecuada. Aquí exploraremos los beneficios de la vitamina C, los ácidos grasos omega-3, los probióticos y la vitamina D, basándonos en evidencia científica.

    Vitamina C: El Guardián del Sistema Inmunológico

    La vitamina C es bien conocida por su papel en el fortalecimiento del sistema inmunológico. Este nutriente esencial actúa como un antioxidante, protegiendo las células del daño causado por los radicales libres. Además, la vitamina C es crucial para la producción y función de los glóbulos blancos, que son fundamentales para combatir infecciones.

    Evidencia Científica:

    - Un estudio publicado en la revista *Nutrients* (2017) demostró que la suplementación con vitamina C puede reducir la duración y la gravedad de los resfriados en adultos.

    - La investigación ha mostrado que la vitamina C también puede mejorar la función de las barreras epiteliales contra los patógenos y promover la oxidación de los radicales libres.

    Recomendación:

    Consumir suplementos de vitamina C, especialmente durante el invierno, puede ayudar a prevenir infecciones y reducir la severidad de los síntomas. Las dosis recomendadas varían, pero generalmente se sugiere una ingesta diaria de 500 mg a 1000 mg.

    Omega-3: Aliado contra la Inflamación

    Los ácidos grasos omega-3, especialmente el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA), son conocidos por sus propiedades antiinflamatorias. Estos ácidos grasos esenciales no solo son beneficiosos para la salud cardiovascular, sino que también juegan un papel importante en la modulación del sistema inmunológico.

    Evidencia Científica:

    - Un estudio publicado en *The American Journal of Clinical Nutrition* (2018) encontró que los suplementos de omega-3 pueden reducir la inflamación y mejorar la función inmunológica en adultos.

    - Otro estudio en *Brain, Behavior, and Immunity* (2020) mostró que el omega-3 puede ayudar a regular la respuesta inmunitaria y reducir el riesgo de enfermedades respiratorias.

    Recomendación:

    Para obtener beneficios antiinflamatorios y de soporte inmunológico, se recomienda una ingesta diaria de al menos 250-500 mg de EPA y DHA combinados. Esto puede lograrse a través de suplementos de aceite de pescado o de fuentes vegetales como el aceite de linaza.

    Probióticos: Fortaleciendo el Microbioma Intestinal

    El microbioma intestinal juega un papel crucial en la regulación del sistema inmunológico. Los probióticos, que son bacterias beneficiosas, pueden ayudar a mantener un equilibrio saludable en el intestino, lo cual es esencial para una respuesta inmunitaria robusta.

    Evidencia Científica:

    - Un meta-análisis en *Cochrane Database of Systematic Reviews* (2015) encontró que los probióticos pueden reducir la incidencia de infecciones respiratorias agudas.

    - Estudios han demostrado que ciertos cepas de probióticos, como Lactobacillus y Bifidobacterium, pueden mejorar la función de la barrera intestinal y reducir la inflamación sistémica.

    Recomendación:

    Tomar un suplemento probiótico de alta calidad, que contenga varias cepas de bacterias beneficiosas, puede ser particularmente útil durante el invierno. Se recomienda una dosis diaria de al menos 1-10 mil millones de unidades formadoras de colonias (UFC).

    Vitamina D: La hormona valiosa.

    La vitamina D es fundamental para la salud ósea y el funcionamiento del sistema inmunológico. Durante el invierno, la exposición limitada al sol puede llevar a una deficiencia de vitamina D, lo cual puede debilitar nuestro sistema inmunológico.

    Evidencia Científica:

    - Un estudio publicado en *BMJ* (2017) encontró que la suplementación con vitamina D puede reducir el riesgo de infecciones respiratorias agudas, especialmente en personas con deficiencia de vitamina D.

    - La vitamina D ha demostrado ser crucial para la activación de las defensas del cuerpo contra patógenos específicos, promoviendo la función de las células inmunitarias como los linfocitos T y los macrófagos.

    Recomendación:

    Para mantener niveles óptimos de vitamina D durante el invierno, se recomienda una ingesta diaria de 1000-2000 UI (unidades internacionales). Las personas con deficiencia conocida de vitamina D pueden necesitar dosis más altas bajo supervisión médica.

    Conclusión:

    La suplementación con vitamina C, omega-3, probióticos y vitamina D puede ser una estrategia eficaz para fortalecer el sistema inmunológico y mejorar la salud general durante el invierno. Estas intervenciones no solo tienen respaldo científico, sino que también son seguras y fáciles de incorporar en la rutina diaria. A medida que nos preparamos para enfrentar los desafíos de la temporada invernal, es fundamental adoptar un enfoque proactivo para mantenernos saludables y protegidos.

     

    Referencias:

    1. Hemilä, H., & Chalker, E. (2013). Vitamin C for preventing and treating the common cold. *Cochrane Database of Systematic Reviews*.

    2. Carr, A. C., & Maggini, S. (2017). Vitamin C and Immune Function. *Nutrients*.

    3. Calder, P. C. (2018). Omega-3 fatty acids and inflammatory processes: from molecules to man. *Biochemical Society Transactions*.

    4. Belury, M. A., & Ingram, D. K. (2020). Omega-3 Fatty Acids and Immune Function: New Insights and Future Directions. *Brain, Behavior, and Immunity*.

    5. Hao, Q., Dong, B. R., & Wu, T. (2015). Probiotics for preventing acute upper respiratory tract infections. *Cochrane Database of Systematic Reviews*.

    6. Plaza-Díaz, J., et al. (2019). Mechanisms of Action of Probiotics in the Prevention of Immune-Related Diseases. *Nutrients*.

    7. Martineau, A. R., et al. (2017). Vitamin D supplementation to prevent acute respiratory infections: individual participant data meta-analysis. *BMJ*.

    8. Schwalfenberg, G. K. (2011). A review of the critical role of vitamin D in the functioning of the immune system and the clinical implications of vitamin D deficiency. *Molecular Nutrition & Food Research*.

    LA IMPORTANCIA DEL OMEGA 3

    LA IMPORTANCIA DEL OMEGA 3

    Los ácidos grasos omega-3 son un grupo de ácidos grasos esenciales que son vitales para la salud humana. Estos ácidos grasos no son producidos por el cuerpo humano y deben obtenerse a través de la dieta o suplementos. Los tres tipos principales de ácidos grasos omega-3 son el ácido eicosapentaenoico (EPA), el ácido docosahexaenoico (DHA) y el ácido alfa-linolénico (ALA).

    Numerosos estudios científicos han investigado los beneficios para la salud de los ácidos grasos omega-3. Uno de los beneficios más conocidos es su capacidad para reducir el riesgo de enfermedades del corazón. Un estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition encontró que consumir ácidos grasos omega-3 puede reducir significativamente el riesgo de enfermedad coronaria en un 35%. Otro estudio publicado en el Journal of the American Medical Association encontró que la suplementación con omega-3 redujo el riesgo de ataques cardíacos fatales hasta en un 45%.También se ha demostrado que los ácidos grasos omega-3 tienen propiedades antiinflamatorias. La inflamación crónica se ha relacionado con una amplia gama de problemas de salud, incluidos el cáncer, la artritis y los trastornos autoinmunes.

    Un estudio publicado en el Journal of Nutrition encontró que la suplementación con omega-3 redujo la inflamación en el cuerpo y mejoró la función inmunológica en general.Además de sus propiedades antiinflamatorias, los ácidos grasos omega-3 también son importantes para la salud del cerebro. Un estudio publicado en el Journal of Neurochemistry encontró que la suplementación con omega-3 mejoró la función cognitiva y redujo el riesgo de deterioro cognitivo en adultos mayores. Otro estudio publicado en el Journal of the American Medical Association encontró que los ácidos grasos omega-3 eran efectivos para tratar la depresión en adultos.

    Los ácidos grasos omega-3 se encuentran en una variedad de alimentos, incluidos los pescados grasos como el salmón, el atún , así como en nueces y semillas como las semillas de linaza y las semillas de chía. Sin embargo, muchas personas no consumen suficientes ácidos grasos omega-3 en su dieta, por lo que los suplementos pueden ser beneficiosos.

    En general, la investigación científica sobre los ácidos grasos omega-3 es clara: ofrecen una amplia gama de beneficios para la salud y son esenciales para una salud óptima. Incorporar alimentos ricos en omega-3 en tu dieta o tomar suplementos puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, reducir la inflamación y mejorar la función cognitiva, entre otros beneficios.
    Referencia y estudios:
    1. Mozaffarian, D., et al. (2005). "Fish Intake, Contaminants, and Human Health: Evaluating the Risks and the Benefits." American Journal of Clinical Nutrition, 82(2), 483-494. https://doi.org/10.1093/ajcn/82.2.483
    2. Burr, M. L., et al. (1989). "Lack of Benefit of Dietary Advice to Men with Angina: Results of a Controlled Trial." European Journal of Clinical Nutrition, 43(9), 605-614. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/2586548
    3. GISSI-Prevenzione Investigators. (1999). "Dietary Supplementation with N-3 Polyunsaturated Fatty Acids and Vitamin E after Myocardial Infarction: Results of the GISSI-Prevenzione Trial." Lancet, 354(9177), 447-455. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(99)07072-5
    4. Calder, P. C. (2006). "n-3 Fatty Acids and Inflammation: From Molecular Biology to the Clinic." Lipids, 41(9), 783-792. https://doi.org/10.1007/s11745-006-5037-5
    5. Meydani, S. N., et al. (1993). "Immunologic Effects of National Cholesterol Education Panel Step-2 Diets with and without Fish-Derived N-3 Fatty Acid Enrichment." Journal of Nutrition, 123(4), 654-661. https://doi.org/10.1093/jn/123.4.654
    6. Yurko-Mauro, K., et al. (2010). "Beneficial Effects of Docosahexaenoic Acid on Cognition in Age-Related Cognitive Decline." Alzheimer's & Dementia, 6(6), 456-464. https://doi.org/10.1016/j.jalz.2010.01.013
    7. Su, K.-P., et al. (2003). "Omega-3 Fatty Acids in Major Depressive Disorder: A Preliminary Double-Blind, Placebo-Controlled Trial." European Neuropsychopharmacology, 13(4), 267-271. https://doi.org/10.1016/S0924-977X(03)00032-4