Señales
Cuando me pongo a pensar en todas las señales que por años mi cuerpo me fue entregando para decirme que algo andaba mal, uff! Serán 5 años, quizás más. Por mucho tiempo desde joven sufrí el típico colon irritable, hinchazón abdominal, periodos de estreñimiento, ataques a la vesícula, me dio acné tardío a los 27 años que dejó señales en mi cara hasta el día de hoy, cándida, por ende constantemente tenía problemas de hongos, infecciones urinarias, jaquecas que duraban tres días, por nombrar algunos . Todo esto me llevaba a estar siempre consultando médicos donde los tratamientos eran siempre los mismos, omeprazol, ranitidina, antibióticos para la cándida y el acné, etc., etc., pero siempre volvía a lo mismo, visitas a urgencias vomitando bilis, según yo, por comer palta y/o huevo.
Mi alimentación era como la de la gran mayoría, al desayuno pan, cereales, frutas, yogurt, leche. Al almuerzo arroz, fideos, legumbres dos veces a la semana y de once vuelta al pan de cada día, mucho procesado, mucha colación de futas, y por sobretodo harto dulce! Si hay algo de lo que siempre fui consiente era de mi adicción al azúcar y a las masas, tortas, pasteles, manjar, era capaz de comerme un brazo de reina sola ya que siempre le pedía a mi abuelita que me hiciera uno.
Ya por ahí por el año 2016, las molestias fueron otras y eran ya del tipo articular, en ese tiempo trabaja mucho de pie, y aunque usaba zapatos cómodos sentía que me dolía mucho la planta de los pies, los brazos, hombros, pero siempre con la tendencia de normalizar todo, aplicaba antinflamatorio y se me pasaba . Pasó el tiempo y justo quedé sin trabajo en diciembre de ese mismo año. Iniciaba ya el año 2017 y al estar más en casa aun así notaba que mis mañanas no eran igual, me costaba mucho como “encender motores”, me dolían las piernas para bajar la escalera de mi casa, me seguía doliendo la planta de los pies y de hecho pensaba “que raro si ya no estoy usando tacos ni tampoco paso todo el día de pie”, en fin, siempre normalizando! Llegó Junio, nuevo trabajo, entraba a las 08:00 am y nuevamente notaba eso raro en mí, ¿porque me cuesta tanto moverme? Pero esta vez junto con la rigidez empezó a notarse la inflamación , en cosa de días pasó de ser un par de dedos a la mano completa, a tal punto que ya no podía peinarme, ponerme los aros, ni hablar de abrocharme los zapatos, recuerdo que por esa fecha era el campeonato de la copa confederaciones y en un partido de Chile hicimos el asado en mi casa con parte de mi familia, le tuve que pedir ayuda a mi mamá para que me partiera la carne porque yo no podía ni siquiera tomar el tenedor. Y Bueno, ante tanta señal llegó la hora del ir al doctor, mi primera visita fue a un traumatólogo porque pensaba que era algo relacionado con tendinitis, en hacerme los exámenes y volver a pedir la hora de evaluación, además de mis manos completamente hinchadas se sumaron las rodillas, y ya a esas alturas parecía literalmente un robot! Llegué a tal punto en que no me podía vestir sola.
El traumatólogo después de ver los exámenes me derivó a un reumatólogo y como en ese tiempo no había ninguno en Copiapó, programé una visita a Stgo. Mientras me coordinaba con esa hora, visité a una Inmunóloga de mi ciudad, me pidió exámenes más específicos hasta que finalmente confirmó el diagnóstico” Artritis Reumatoide” y salí de la consulta con la receta que aún recuerdo, Metotrexato 6 comprimidos los días viernes, Plaquinol 1 diario, Prednizona 10mg diario, Ac. Fólico 1 comprimido el día sábado, Caltrate 1 diario, y Coxdos en caso de SOS. Viajé igual a Santiago a la cita con la reumatóloga, yo tenía la esperanza de que allá me dieran otro tratamiento, no sé, pero salí de la consulta con la misma receta. Conocí también en ese viaje a Claudette Duchesne, la autora del libro “Cómo me sané de Artritis Reumatoide” debo decir que fue ella la primera persona que me inspiró a cambiar mis hábitos de alimentación y de vuelta en Copiapó, coordiné hora con una nutricionista donde su protocolo era más bien basado en plantas, cero carnes pero si al menos harto pescado, nada de huevos, incluía yogurt de soya, mucho producto integral, mucha fruta. Pasé siete meses con esa pauta pero mis dolores y rigidez seguían, bajé de peso llegando a pesar 45 kilos, hasta que en Marzo del 2018 viajé nuevamente a Santiago a un centro de medicina integral y el cambio de pauta era notable, el protocolo de alimentación incluía huevos, grasas, mucho verde y con restricción total de carbohidratos los 3 primeros meses, solo tenía permitido ½ taza de berries en la tarde por si me daban ganas de algo dulce, era una alimentación cetogénica. Al mes, empecé a notar los cambios, más desinflamada, más movilidad, más ánimo. Sentí como mi cuerpo se fue desintoxicando del azúcar, lo pasé mal debo decirlo, entre la abstinencia y el metotrexato me llegué a descompensar como dos veces! Luego con los controles, fuimos incluyendo otras proteínas y un poquito más de carbohidratos.
Fue así como empecé a investigar, a buscar más información en Instagram hasta que llegué a Ketoclub, me conectaba cada domingo a sus transmisiones en vivo, empecé a entender cómo funcionaba mi cuerpo, no tan solo en cuanto alimentación sino la importancia del sueño, el movimiento, nuestros pensamientos, comencé a leer, me compré libros de salud, y el feedback que se generó con Bárbara me ayudó mucho, coincidentemente ella hace unos años había sido diagnosticada de lo mismo por ende ella fue mi gran motivación!, siempre ha estado ahí para apoyarme y sacarme de dudas. Nos conocimos en un viaje que hice a Santiago y fue mágico, después de eso nos hemos visto otras veces. En algún momento teníamos que volver a encontrarnos ya que conversando más a fondo, hace muchos años, estuvimos en un mismo lugar muy cerca pero sin conocernos! Al día de hoy ya llevo 2 años “transitando entre alimentación cetogénica, low carb y siempre combinado con mi protocolo autoinmune, sin gluten, sin procesados, dando siempre prioridad a la comida real” .Mi vida cambió en 180 grados, me recuperé no solo de la artritis, en Septiembre de este año cumpliré dos años sin ningún fármaco, sino que también puedo decir que ya no tengo ninguna molestia de la que antes solía normalizar. Siempre digo que doy gracias por haberme enfermado ya que si no hubiese sido por eso, no hubiese tomado el control de mi salud!
Jocelyn Carvajal, 39 años @jocel.carvajal